lunes, 14 de mayo de 2012

El abandono escolar en España duplica al europeo

España fue el tercer país con mayor tasa de abandono escolar de la Unión Europea en 2010 con 28%, estando en 14% la media Europea. Es una noticia más que preocupante, es devastadora. 
Estamos hablando que de cada 100 alumnos que terminan ala ESO, 28 abandonan su propia formación, importante para el mundo actual y el que ha de llegar; un mundo cada vez más preparado y exigente que delimita y subdivide de forma cruel a la población entre los cualificados y no cualificados (válidos y no válidos), relegando a los segundos a una mayor dependencia económica y social de su puesto de trabajo.
Si, es cierto que nuestros padres no estudiaron y salieron adelante, pero les costo mucho más sacrificio que le cuesta ahora a un padre de familia con estudios superiores o una formación profesional (si olvidamos la actual coyuntura de crisis).
Podemos perder días hablando de motivación, de clases tediosas, de temarios sin sentido, de asignaturas de relleno, de carreras que pierden tiempo repasando conceptos que se suponen adquiridos, etc. Podemos perder tiempo viendo el huracán pero nuestra obligación es ir al ojo del mismo: ¿por qué no quieren seguir estudiando?.
Años atrás, con el boom inmobiliario, podíamos excusarnos en que la oferta laboral era más jugosa para nuestros chavales que los propios estudios. Pero estamos hablando de cifras del 2010, con el estallido de la burbuja y el avance del desempleo. ¿Qué no atrae al estudiante?.
No olvidemos que estudiar supone un esfuerzo psicológico alto: debemos ir superando la adquisición de conocimientos continuamente y la mayoría sin la práctica. Estamos hartos de oír "si solo tiene que estudiar", pero ¿han visto algún mayor de 30 que haya estudiado y no le haya costado más que cuando era alumno de la EGB?. Estudiar no es un camino de rosas. Es obvio que no es hacer zanjas en la A-3, pero si que requiere su esfuerzo.


El problema radica en que los estudiantes deben percibir que ese esfuerzo servirá para algo, para un trabajo digno, o una casa, o un coche, o para crear una empresa, o para cumplir sus sueños, pero sobre todo para ser felices, que es a lo que todos aspiramos; vamos, que deben percibir que su vida va a mejorar si estudian (superiores o FP), aunque no es así. 
Ven a ingenieros en Mcdonalds y enfermeras en Mercadona, puestos de trabajo que no necesitan formación superior. Les contamos una "milonga" de que deben estudiar, hacer carrera y luego se estrellan con la cruda realidad. El esfuerzo no les compensa.
Estamos creando médicos para mozos de almacén. Estamos desperdiciando potencial humano y profesional para puestos que aunque sean transitorios no deben ocuparlos gente con cualificación diferente: ¿no hará mejor su trabajo un Auxiliar Administrativo en una asesoría que en una perfumería (sin menospreciar al denostado comercio).
Debemos canalizar este esfuerzo educativo para el fin adecuado al que se planificó; ¿que hay muchos abogados? pues entonces deberíamos revisar otros aspectos del sistema y no desviándolo a un "que se busquen la vida".