[...] Saturno devorando a su hijo: Pareja del cuadro Judith y Holofernes, nos introduce en la
temática mitológica. Saturno[1],
o Cronos, Titán, hijo de Urano y Gea, destrona a su padre y se une a Rea,
hermana suya, con la que tiene seis hijos. Por miedo a que se subleven, este
los va devorando uno a uno, salvo a Zeus. Simboliza el poder devorador del
tiempo.
Pero en Goya este tema varía hasta el punto de
cambiar a un niño por una mujer (el cuerpo demuestra rasgos femeninos) y al
Dios por un viejo. El autor no quiere
representar a un dios loco, sino a la misma locura, a la crueldad del
canibalismo (anteriormente tratado por él en Escena de canibalismo de 1808), atenuada por unos ojos
desorbitados, una boca tremendamente abierta y unas manos que penetran en la
carne al igual que garras, atrapando fuertemente a su presa. El fondo oscuro
choca con el color rojo de la sangre. Ojos grandes, fauces llenas y manos que
presionan un cuerpo sin cabeza hacen sentir en el espectador que por primera
vez ve la obra una especie de odio ante tal barbarie.
Una cierta sencillez en la
pintura y la limitación de los detalles refuerzan magistralmente ese
expresionismo exagerado. Se ha querido ver cierta analogía con su anterior
obra, El coloso, que aunque temática
diferente, disfrutan de ciertas similitudes técnicas [...]