PUERTA
DEL SARMENTAL
Vinculación
socio-Histórica con la época: La época en la que se realiza
constituye una época marcada por la evolución cultural, política y
económica de Europa pues se halla conectada con el desarrollo de las
ciudades, el acrecentamiento del poder real y la creación de una
cultura secularizada que se libera de la tutela de la Iglesia. Nuevas
fuentes de riqueza basadas en el conocimiento científico y la
importancia del comercio y la industria contribuyen a la creación de
la nueva sociedad. Gracias a estas nuevas estructuras y conocimientos
se erigen las grandes construcciones y entre ellas las catedrales.
Encuadre Estilístico: De temática religiosa, es la portada del Sarmental de la Catedral de Burgos, del maestro Enrique, situada en uno de los brazos del transepto. Presenta una clara influencia de la catedral de Amiens. Estilo gótico del siglo XIII (taller de Burgos), en la fase clásica de la escultura gótica francesa durante la cual las imágenes se subordinan a la arquitectura, son más naturales hasta llegar a cierta humanidad. Existe cierto idealismo cargado de solemnidad que representa al hombre en su plenitud y su nobleza.
Análisis
Técnico: Se trata de relieve, en concreto medio y alto relieve.
Las figuras aparecen de frente, de perfil. De pie y sentadas. Se
realiza con materiales en piedra. Atendemos a un modelado más real
de las figuras. Los pliegues de los paños y los gestos de las
figuras dan cierta sensación de movilidad.
La
composición es característica de los tímpanos góticos: alrededor
de Cristo, que preside el tímpano, se distribuyen el resto de los
personajes, obligados a adaptarse al marco arquitectónico. Así, de
la misma manera que el arco apuntado del tímpano exige que los
escribanos curven sus cuerpos, las arquivoltas obligan a las figuras
superpuestas a seguir la curva de los arcos, de acuerdo con la
costumbre gótica y en contra de la románica que preferentemente
obligaba a seguir la orientación de las diferentes dovelas de las
arcadas.
Las
figuras, aunque todavía muestran la frontalidad y rigidez románicas,
ya presentan una humanización gótica al relacionarse entre sí y
desarrollar actividades concretas. Los rostros denotan rasgos
diferenciados y los ropajes, que acentúan las líneas curvas a
partir de los pliegues, favorecen la corporeidad. Los
evangelistas-escribanos y los apóstoles reciben un tratamiento más
naturalista. Estos últimos, cuyo frontalismo contrasta con el
movimiento de sus cabezas, están sentados y sostienen libros
conversan con sus compañeros, otros, con la mirada distraída,
parecen meditar.
La
mayor parte de las esculturas son prácticamente exentas y se
integran en la arquitectura mediante elementos arquitectónicos como
las peanas -que ejercen de doseles de los sujetos inmediatamente
inferiores-. Entre el tímpano y el dintel destaca un doselete
corrido que sirve de base a la escena central y de remate al friso de
los apóstoles; su decoración de castilletes remite a la muralla de
Dios o a la Jeruselén celestial. Dinámicas olas marinas ejercen de
separadoras de los escribanos que coronan el tímpano y contrastan
con la inmovilidad de las figuras.
En
el relieve la perspectiva se alcanza con el “juego de alto, medio y
relieve”. En este caso no hay representación de perspectiva porque
no hay elementos de encuadre. En este tímpano, comparable a los de
Francia, llama la atención el irregular volumen de sus relieves, en
relación con su tamaño. Han sido encastrados en el soporte. La
pintura complementaba el conjunto.
Análisis
iconográfico: sigue cumpliendo como en el arte románico dos
funciones, embellecer y enseñar. Seguimos pues, ante un arte relato
caracterizado por tener una fuerte carga simbólica. La Portada
simboliza la puerta del cielo y en ella se va a representar la
iconografía más importante. El programa iconográfico de su única
portada está dedicado a la Maiestas Domini: trasmite un mensaje
apocalíptico que puede parangonarse con el modelo que deriva de la
Puerta Real de Chartres.
En
el centro del tímpano aparece Cristo en Majestad en actitud de
bendecir con la mano derecha, mientras con la izquierda sujeta el
libro de los Evangelios, que apoya en la rodilla. A su izquierda y
derecha, escoltándole, y superpuestos de dos en dos, aparecen los
cuatro evangelistas y sus símbolos o Tetramorfos. Dos de ellos, San
Marcos al lado del león, y San Lucas al lado del toro, van sentados
en amplias banquetas, se inclinan sobre sendos pupitres y escriben al
dictado del Redentor el Nuevo Testamento; los otros dos van colocados
en un nivel superior, encima de su símbolo -el águila- San Juan, y
encima del ángel –que porta un libro- San Mateo; los dos también
sentados y escribiendo sobre atriles. El tamaño de los evangelistas
es inferior al de Jesús, de acuerdo con el precepto de la
perspectiva jerárquica y parecen escribanos afanados con sus plumas
entre los dedos y los cuernos de la tinta donde mojar a su derecha.
Por debajo del tímpano se sitúa el apostolado que va cubierto por
un doselete corrido, formado por arquillos trilobulados.
El
tímpano va delimitado dentro del muro por tres arquivoltas. La
primera decorada por una hilera de ángeles y serafines que, portando
cirios, adoran al Creador, mientras en las dos restantes encontramos
a los 24 ancianos del Apocalipsis (sólo veintitrés y un serafín)
tañendo instrumentos, reyes bíblicos y santos. Todas estas
esculturas se asientan sobre peanas que al mismo tiempo ejercen la
función de pequeños doseles de las inmediatamente inferiores.
Las
jambas de la portada se componen de un zócalo y dos galerías
superpuestas de arcos ciegos. La inferior, sin decoración
escultórica, lleva dobles columnas adosadas, mientras que en la
superior son simples y la decoran esculturas de Moisés, Aarón, San
Pedro, San Pablo y otros dos personajes no identificados.
En
el parteluz, aparece la figura de un obispo con mitra estrellada en
la que popularmente se ha visto la representación del obispo don
Mauricio, bajo cuyo pontificado se inició la construcción de la
Catedral, de acuerdo con la costumbre francesa de incorporar a los
personajes relacionados con la construcción en los proyectos
iconográficos de sus edificios. Sobre el doselete que la cobija
aparece el Cordero Místico, elemento iconográfico extraído del
Apocalipsis y, por tanto, muy en consonancia con los veinticuatro
ancianos y la exaltación del Verbo o Palabra de Dios.