EL
MATRIMONIO ARNOLFINI
Vinculación
socio-Histórica con la época: La época en la que se realiza
constituye una época marcada por la evolución cultural, política y
económica de Europa pues se halla conectada con el desarrollo de las
ciudades, el acrecentamiento del poder real y la creación de una
cultura secularizada que se libera de la tutela de la Iglesia. Nuevas
fuentes de riqueza basadas en el conocimiento científico y la
importancia del comercio y la industria contribuyen a la creación de
la nueva sociedad. Gracias a estas nuevas estructuras y conocimientos
se erigen las grandes construcciones y entre ellas las catedrales.
Encuadre
Estilístico: Se trata de la obra de temática doméstico El
Matrimonio Arnolfini de Jan van Eyck, fechada en el 1434, y que
representa al rico mercader Giovanni Arnolfini y a su esposa Jeanne
Cenani. Es una obra maestra de la pintura flamenca, la cual se
caracteriza por que el realismo está inmerso en lo religioso; se
recrea el mundo, la luz y la atmósfera; se cultivan formas y géneros
nuevos (historia, grupo, retrato, marina...); no se separa el color
del dibujo. Existe poca preocupación por las formas y el ritmo; se
conquista la luz y el colorido. Existe una gradación, brillo y
pureza. Hay un alto simbolismo en las obras.
Análisis
Técnico: Pintura sobre tabla al óleo, que se utiliza como
aglutinante de colores. Permite crear veladuras, como velos de luz a
modo de transparencias, conseguidas a base de superponer pinceladas,
alcanzando un alto virtuosismo especialmente cuando se trata de
pintar objetos minuciosos y brillantes.
En
su composición tiende a la simetría. Cerrada, armónica y
equilibrada. Orden en la disposición de los personajes. Desde el
punto de vista compositivo, la luz proviene de la ventana izquierda,
creando así un eje lateral que dinamiza la escena, por lo demás es
muy estática.
En
la perspectiva, las líneas convergen hacia el fondo, configurando un
esquema de perspectiva lineal, que esta obra se amplía gracias al
efecto singular del espejo del fondo y cuyo efecto es ganar
profundidad. Esta configuración de la perspectiva se complementa en
esta pintura con la acción de la luz.
Destaca
por la ausencia de movimiento. Las figuras representadas están en
actitud de reposo, de pie. Se trata de un retrato, pero no de un
retrato cualquiera; es un testimonio documental de los esponsales de
estos novios, de lo cual da fe como si de un notario se tratara, el
propio pintor, con su cuadro y con su firma, estampada encima del
espejo convexo del fondo de la habitación, y en la que dice, J. Van
Eyck estuvo aquí.
Gradación
del color en función de la luz. Se utiliza la técnica de la
veladura consistente en aplicar pinceladas superpuestas, dando la
sensación de velos de luz a modo de transparencias, otorgando un
brillo y una minuciosidad de gran perfección. A pesar de un
excepcional uso del color , destaca por el protagonismo que se otorga
a la línea. Uso de una luz brillante y con veladuras que provoca la
técnica al óleo y que crea una atmósfera en la que parece
representado el aire. Hasta el punto, que pareciera que la
luminosidad irradiara de los propios objetos como si fueran esmaltes.
La
utilización del óleo aporta a la pintura valores de finura y
especial delicadeza; es una representación naturalista de la
realidad.
Análisis
simbólico: Todo el cuadro se configura como un repertorio
simbólico que atestigua y da fe del hecho representado. Ningún
objeto aparece gratuitamente, todo tiene su valor simbólico: la
lámpara, con una sola vela encendida, alude a la llama sagrada de
Cristo. El espejo es símbolo de pureza de la mujer que acude virgen
al matrimonio. En absoluto debe engañarnos el vientre aparentemente
abultado de Juana de Cenani, pues se trata de una imagen habitual en
las pinturas de la época, y que debe de entenderse como una
iconografía habitual, que alude en la mujer a su valoración
universal como madre. Los tondos que rodean el espejo ilustran en un
alarde miniaturista del pintor, diversas escenas de la pasión de
Cristo, con lo que se vuelve a insistir en el valor sagrado de la
unión. Sobre la cabecera de la cama aparece representada Santa
Magdalena, patrona de los partos. El perrito es símbolo de
fidelidad. Las zapatillas recogen el simbolismo de asistir a un
ritual sagrado, razón por la cual los retratados están descalzos.
La fruta, que aparecen en la consola junto a la ventana, es símbolo
de la inocencia frente al pecado. Los propios esposos están posando
en un gesto de bendición. Todo ello completa la simple valoración
pictórica de la obra, otorgándole así una dimensión simbólica de
una enorme complejidad intelectual.